Cuando apareció la noticia de los cuatro puntos puestos en la mesa de negociación por el Frente Nacional de Resistencia, a través del Coordinador Nacional y luego avalada por el Sub Coordinador Nacional, hicimos una proyección, con base en las acciones de los propiciadores del Golpe de Estado, tanto nacionales como de los Estados Unidos, y de un comportamiento previsible por parte de quienes se encuentran administrando la institucionalidad golpista.
Dijimos en aquella oportunidad que no visualizábamos cambios en el régimen de facto del señor Porfirio Lobo y mucho menos de la ultraderecha hondureña para reconocer el Golpe de Estado como paso previo para resolver los cuatro puntos del acuerdo.
Hicimos notar que tal como aparecían esbozadas las demandas representaban un cambio en la línea estratégica del Frente, pues la Constituyente originaria y popular que implica una transformación profunda de las estructuras de la sociedad, pasaba a reducirse a una Constituyente derivada, sujeta a los mandatos y maniobras de un Congreso golpista y por lo tanto usurpador del poder popular que no avanzará más allá de simples reformas para que el actual estado de cosas no cambie en su esencia. Ahora después de conocer la firma del acuerdo, esa percepción se torna más real.
Lo negociado en cuanto al retorno de nuestro Coordinador Nacional y las y los demás exiliados e igualmente el respeto de los derechos humanos, nos hace seguir pensando en la falta de garantía para la seguridad física y jurídica de las y los repatriados, aunque nos alegra su retorno. La violación de los derechos para quienes resistimos, continuará ejecutándose, tal como se ha manifestado en las últimas jornadas de lucha popular, pues las estructuras del Golpe, sobre todo del aparato represivo y judicial, permanecen intactas. Además, justificadas por Don Porfirio Lobo quién logró el cumplimiento del último punto, según él y sus “aliados” del norte, referente al retorno del ex presidente, Manuel Zelaya Rosales.
No hubo sorpresas en cuanto al reconocimiento del Frente para que el mismo sea inscrito en los órganos electorales y pueda ser un contendiente más, en el ruedo político. Ya se había declarado en varias oportunidades que las puertas estaban abiertas para que eso sucediera. El poder oligárquico no ha cedido nada que permita poner en peligro el control de las actuales instituciones y reglas del juego para participar en elecciones. La apertura para integrar los organismos oficiales de carácter político electoral en “igualdad de condiciones”, solo confirma el sometimiento al orden establecido. Los golpistas han logrado su reconocimiento y por tanto su legitimidad internacional y la inminente reincorporación de Honduras a la OEA.
Por lo tanto, los acuerdos concertados no son respuesta adecuada a las posiciones que el Frente ha sostenido, con la excepción del retorno del compañero Manuel Zelaya Rosales, que todos celebramos como un logro importante, pero cuyos resultados deberemos ubicar en el contexto real que estamos viviendo.
Por ahora solo nos queda dar la bienvenida y expresar nuestra satisfacción por el retorno del Coordinador Nacional, retorno que ha despertado un entusiasmo generalizado en todo el movimiento nacional de resistencia a lo largo y ancho de todo el país, entusiasmo que canalizado adecuadamente, daría como resultado el cumplimiento de las transformaciones que el pueblo necesita. Sin embargo, es de alertar que la sola presencia del compañero Zelaya Rosales no implica la solución de los graves problemas estructurales de la sociedad hondureña ni de la crisis política acentuada con el Golpe de Estado del 28 de junio.
Estamos seguros que el retorno del Coordinador Nacional provocará un aceleramiento del reagrupamiento de las fuerzas sociales y políticas del país, cuya profundidad y alcance incidirá en la coyuntura que estamos viviendo.
Su presencia en el país es una oportunidad para abordar, con la seriedad y profundidad necesarias, los problemas del Frente Nacional de Resistencia Popular desde la perspectiva de su unidad y fortalecimiento organizativo y del desarrollo de su línea estratégica, orientada a refundar el Estado Nacional y propiciar desde el mismo, las transformaciones que el pueblo y la sociedad hondureña requiere.
El Frente como la fuerza que encarna las posibilidades de estos cambios, no puede continuar con las viejas prácticas que niegan su esencia democrática, popular y revolucionara. Es esta una oportunidad histórica, pues la presencia del Coordinador Nacional en el país debe servir para abrir el debate sincero y transparente de estos problemas. Ojalá que así suceda.
MOVIMIENTO NUEVA DEMOCRACIA
DIRECCION NACIONAL
28 de Mayo del 2011